Uno ve caras...

Pero no ve corazones, dice el dicho. Y cada vez me doy más cuenta de lo cierto de esto... Nada que "del dicho al hecho hay mucho trecho", aquí digamos que no hay tanto trecho.

Mi abuela paterna, siempre decía: "Yo desconfío hasta de mi sombra". "Cuatica la señora" pensaba yo, como vas a desconfiar hasta de tu sombra. Siempre me he caracterizado por confiar en la gente, quizás muchas veces más de lo que debo...y claro! siempre saliendo en defensa de aquellos que son "desvalidos?", porque uno piensa en su inocencia, como alguien que es tan buena onda contigo, que te muestra cada día una sonrisa, va a ser capaz de traicionarte, pelarte, e incluso desprestigiarte ante tus superiores! Nooooo, eso no existe. No creo que tal o cual sea tan mala clase para hacerlo, al menos no lo parece, y mi "intuición" (esa que supuestamente nunca falla) me dice todo lo contrario. Sí, es una buena persona!

Pero, las pelotas! Al crecer, al relacionarte con diferentes personas, al empezar a tener otras responsabilidades (como trabajo o cosas así), te das cuenta que siempre estará ahí infaltable, aquel personaje cínico (por nombrarlo sutilmente), que te saluda cada día con la cara más amable que hayas visto, que te apoya... Pero que está esperando el minuto preciso para: "Cagarte!". Y es así de claro y sencillo! Y lo peor es que ni se arruga, para después comentarle al resto que te quiso cagar porque siempre le has caido mal, y que en realidad era cínico por no tensionar el ambiente! Que lindo, no?? Y pensar que uno ni se imagina, quién puede estar intentando cagarlo ahora mismo... Ufff!

Pensandolo bien, creo que mi abuela quizás tenía algo se razón, no se si será tan necesario desconfiar de tu propia sombra (Sombra, no me traiciones!)... pero creo que a fin de cuentas, tampoco es lo mejor andar por la vida creyendo que todos son buenos, que todos me quieren, o no??

(Basado en las últimas experiencias de alguien muy cercano, y porque no en mi propia vida!)