Despedida

Antes que se acaben los 14 días que faltan...

Hay cosas que extraño como si me pertenecieran y no es así, hay segundos del día que me gustarían que fuesen eternos, y hay minutos que me parecen horas, que preferiría no vivirlas... Hay momentos del colegio por ejemplo a los que quiero volver, como a esos meses locos y raros con el Seba, después saltarme todo el llanto y volver a los brazos de Rodrigo por un rato y, tomar la decisión de abandonarlo antes del fatídico enamoramiento. Juguetear por la vida corriendo, saltando, bailando, comiendo, imaginando que sé yo, tantas cosas que he ido dejando un poco de lado. Quisiera volver a los días en que confiaba en ti mi querido amigo, donde te veía como un ser tan parecido a mi que a veces me daba miedo. Extraño los días de Duoc, sentarme a burlarme de las personas que se seudo caían, o por el sólo hecho de pasar frente a mi. Te extrañé tanto Caro, afortunadamente ahora ya no te necesito, y a pesar de que atesoro nuestros días en algún rincón de mi corazón, te prefiero así distante, sin tus ignorancias y faltas ortográficas que me enfermaban, ni tu amistad condicional que nos encerraba, pienso que nos hicimos tan mal al final, que ahora hasta el saludo por msn no parece real. Te extraño Carola, y en tu caso sé que la culpa es mía, porque prometí ir a verte en Febrero, y al parecer aún no es Febrero en mi vida. Te extraño pastel, más que tu como persona, extraño las estupideces que hacía, me extraño a mi por ya no hacerlas, y echo de menos a los demás tuyos por hacerlo más entretenido y, te extraño a ti por impulsarme a hacer el papel de estúpida contenta.
Extraño demasiado a mi tata, y eso es algo que no tiene solución, ha estado reparado eternamente y todas las cosas siguen igual. A ti Allan nunca te he extraño, querido menos, pero te incluyo aquí por que yo sé que existes. Extraño días tras días de ocio...
Como se viene un nuevo año, antes de que me abrace quiero dejar de extrañar las cosas que me hacen mal, no me quiero extrañar “agarrada”, ni odiando, ni despreciando, ni triste, ni ninguna de las cosas que estas personas me hicieron sentir, añorar o querer. No quiero ser en parte la marca que ellos dejaron, por eso he decidido despedirme de ustedes, de sus risas, palabras, gestos, abrazos, miradas, de lo que faltó, de lo que fue y lo que no, y por sobretodo despojar el ser banal en el que me estoy convirtiendo por mis trancas pasadas. Es un buen día hoy para decir adiós.